Hambre emocional significa en pocas palabras utilizar un alimento para hacerte sentir mejor.
Es cuando uno termina comiendo para satisfacer una necesidad emocional (enojo, tristeza, estrés, aburrimiento, ansiedad o inseguridad), en vez de comer para satisfacer una necesidad física.
Todos hemos experimentado el hambre emocional, la cual llega de repente con un antojo mental de un cierto alimento alto en calorías, grasa y/o azúcar. No podemos parar de comer y a veces lo hacemos sin pensarlo.
Lo malo es que podemos llegar a excedernos y puede ser contraproducente para tus esfuerzos para adelgazar o mantenerte en un peso ideal.
¿No sabes identificar el hambre emocional? Aquí podrás leer más sobre el hambre física y hambre emocional, además de algunas estrategias para combatirla y ayudarte a bajar de peso.
Y si ya estás consciente de que tienes un problema de hambre emocional, trata de reconocer esas situaciones e intenta estas 4 formas de evitar comer por emoción.
Escribe en un diario u hoja de papel aquella emoción que estés experimentando, puede ser tristeza, estrés, enojo, aburrimiento o lo que a tu cuerpo le haga sentir mal.
Al plasmar la emoción en papel te liberas increíblemente de esas emociones y tienes la mente más clara para tomar decisiones alimenticias correctas, y no excederte con algo que no te hace provecho.
Encuentra alternativas que te distraigan y te quiten de la mente cualquier tipo de alimento.
Ejemplos: llamar a un amig@ o enviar una carta por correo postal tradicional, leer un libro entretenido, jugar videojuegos de ejercicio en casa o retomar aquel pasatiempo que tanto te gustaba hacer.
Otras alternativas para distraerte de la comida son: limpiar la casa, salir a pagar las cuentas u organizar un closet descuidado.
Elegir 3 alimentos seguros. Estos alimentos deben ser saludables, bajos en calorías y hay que comerlos antes de lanzarte por algo calórico.
Las frutas y verduras frescas son tu mejor opción. Una salsa pico de gallo acompañada de palitos de zanahoria cruda combinan muy bien, un pimiento rojo en tiras y una manzana fresca también son buenas opciones.
Cualquier actividad física impulsa endorfinas (las que promueven sentimientos de felicidad, dolor, amor, excitación y relajación), y libera el estrés.
Sal a caminar, a correr, toma una clase de zumba, spinning o realiza cualquier actividad física que disfrutes: patinar, aro hula hula, saltar la cuerda, bailar, subir escaleras fijas, etc.
Espero que apliques estas sugerencias cuando sientas que las emociones te están llevando a comer algo sin tener hambre.
Identificar las situaciones que te provocan hambre emocional es difícil, pero con ayuda y estos consejos podrás superarlas exitosamente.
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